¡Hola, Guapa!, Edición No. 5: Stress, Spanish

El estrés y el cortisol: ¿Qué tienen que ver?

 

El estrés es la reacción de tu cuerpo al cambio. Esa es la definición más sencilla. Todo cambio es estresante. Cualquier cambio que requiera o cause que tu cuerpo o mente reaccione, es estrés. Todos padecemos del estrés. Podemos experimentar estrés por cualquier cambio en nuestra vida cotidiana, en nuestro ambiente, en nuestros cuerpos, pensamientos y sentimientos. Se podría decir que el estrés es inevitable. Los cambios buenos causan estrés y los cambios tristes y trágicos también lo causan.

Aunque el estrés es una parte normal de la vida, es importante entender los diferentes tipos y niveles del estrés.

Estar expuesta a periodos largos de estrés puede hacerle daño a tu bien estar, a tu salud, e incluso a tu habilidad de lograr o mantener un peso saludable.

Existen nuevos estudios sobre el estrés crónico. Los científicos le han empezado a nombrar “estrés tóxico”. El Dr. Thornburg, director del Moore Institute de la Universidad de Ciencias de la Salud de Oregón dice lo siguiente sobre el estrés tóxico: “El estrés tóxico, también conocido como estrés crónico, es el estar expuesto con frecuencia y por periodos prolongados a la adversidad. Esto puede ser en forma de abuso, negligencia, la exposición a la violencia o a excesivos problemas económicos.”

El Dr. Thornburg explica que cualquier tipo de estrés causa que se libere una cantidad de hormonas directamente al torrente sanguíneo. A corto plazo estas hormonas ayudan a que la persona enfrente una amenaza. Una de las hormonas que le ayuda a la persona a enfrentarse a la amenaza del estrés es el cortisol. Sin embargo, continúa explicando, que cuando una persona padece de estrés por largos periodos, el cuerpo produce demasiado cortisol y lo produce por mayor tiempo. Lo ilustra diciendo que es como que el “botón de alarma del cuerpo se atora en ‘encendido’.”

Otros estudios confirman que cuando los niveles de cortisol se mantienen altos durante el día, le cuesta al cuerpo adaptarse. Esta liberación prolongada de cortisol en el cuerpo está ligada a la acumulación de peso en la parte media del cuerpo, mejor conocida como “las lonjitas”. El tener ese peso extra en la parte media del cuerpo nos pone más en riesgo de desarrollar condiciones crónicas, como la diabetes y problemas cardíacos. Otra reacción que puede causar el cortisol es un aumento en el apetito y los antojos. No es un mito que el estrés te puede causar que quieras más Cheetos, papitas y chicharrones (¡es muy real!).

¡Esas son las malas noticias, Comadres! Pero las buenas son que, entre mejor manejemos el estrés, más probabilidades tendremos de protegernos de sus efectos negativos.

Como todo en la vida, el primer paso para solucionar el problema o lograr un cambio positivo es concientizarse.  El segundo paso es elaborar un plan para sobre llevarlo.

Les compartimos unos tips básicos para su plan de manejar el estrés.  Estos se pueden practicar poco a poco hasta que llegar a practicarlo todos los días:

  1. Aprende a reconocer las señales del estrés. Ponte atención. Pregúntate:  ¿Han habido muchos cambios en mi vida últimamente? ¿Me siento de mal humor, enojada o nerviosa? ¿Siento tensión en los músculos? ¿Estoy rechinando los dientes mientras duermo?
  2. ¿Estás comiendo por razones emocionales? ¿Tienes hambre física o emocional?
  3. Si has contestado que sí a estas preguntas, sigue esta práctica: Come bien. Come más verduras, proteína magra y granos enteros. Checa el artículo –  ‘A comer bien en 9 pasos’ .  Sigue este plan y te estarás cuidando bien.
  4. ¿Tienes antojo de comidas saladas, crujientes, grasosas o azucaradas?  Hazte un favor y saca esa comida de tu casa, escritorio, carro y/o debajo de tu colchón.
  5. Lleva un diario de comida o utiliza una de nuestras herramientas de la app de De Las Mías para llevar un récord de tu comida y tu estado de ánimo. Identifica patrones. ¿Comes más comida chatarra cuando estás estresada?
  6. Busca apoyo. Platica con tus comadres, amigas, hermanas o mamá para solucionar el problema.
  7. Haz un plan: escríbelo: si pasa esto… haré esto….  Si estás luchando contra un problema crónico, ayuda mucho estar preparada.
  8. ¡Mueve tu cuerpo, Muchacha! Ve a caminar. Baila como si no hubiera mañana. Haz el amor.
  9. Dormir es súper importante. ¡Échate un coyote!  Si no estás durmiendo bien, encuentra la clave para lograrlo. Busca ayuda profesional si la necesitas.
  10. Lleva un diario o escribe lo que sientes. Algunas personas sienten un gran alivio cuando llevan un diario. (Como cuando eras niña, ¿te acuerdas?) ¿Y qué tal si haces una caja de preocupaciones? ¡Yo tengo una! Si estoy preocupada por algo y no puedo soltar la preocupación, la escribo en un papelito y la meto en mi caja de preocupaciones. Es más fácil para mí dejarlas ir de esa forma. ¡Inténtalo!
  11. Aprende a practicar la relajación profunda. El respirar profundamente, el yoga, los estiramientos, rezar el Rosario, tejer, bordar, cualquier cosa que sabes hacer y que te genera paz.

Y por favor, Comadre, si te sientes desamparada o sin esperanza, y te sientes drenada, o has estado llorando o teniendo pensamientos tristes por más de dos semanas, busca ayuda profesional. Ve con tu comadre, un sacerdote, un pastor o una monja. Pide ayuda a una consejera, trabajadora social, doctora o enfermera. Dile a alguien, pero por favor, no sufras en silencio. Si en algún momento piensas en hacerte daño o a los demás, llama al 1-800-628-9454.

Fuentes:

Thornburg. https://www.ohsu.edu/xd/education/schools/school-of-medicine/departments/the-moore-institute/about/message-from-director.cfm

Torres. Nowson. Relationship between stress, eating behavior, and obesity. Nutrition. 2007 Nov-Dec;23(11-12):887-94. Epub

Harding, et al. Psychosocial stress is positively associated with body mass index gain over 5 years: evidence from the longitudinal AusDiab study.Obesity (Silver Spring). 2014 Jan;22(1):277-86. doi: 10.1002/oby.20423. Epub 2013 Jun 13.

https://www.nimh.nih.gov/health/publications/stress/index.shtml

Epel ES, et al. Stress and body shape: stress-induced cortisol secretion is consistently greater among women with central fat. Psychosom Med 2000 Sep-Oct;62(5):623-32.

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