Las latinas somos el pilar principal que sostiene a la familia. Somos la clásica Supermujer que hace todo. Somos supermamás, superabuelas y supercuidadoras de nuestros padres, tías y tíos que están en su tercera edad.
Como madres, siempre se espera que tomemos el buen camino. Nos hacemos cargo de nuestras familias y estamos orgullosas de ello. Nos sacrificamos haciéndolo: compramos, guisamos y servimos los frijoles. Nos aseguramos de que nuestros hijos, parejas y padres mayores estén sanos y salvos.
A las latinas se les conoce como el centro de la familia. Hay varios estudios científicos que comprueban que las latinas toman la mayoría de las decisiones de atención médica de la familia; tomamos las grandes decisiones económicas, como por ejemplo, cómo se gasta el dinero, dónde se compra la comida y la ropa de la familia. Decidimos cómo educar a nuestros hijos, a qué escuela mandarlos, cómo disciplinarlos y cómo cuidar de nuestros viejitos.
Estamos en el todo de la familia. Ser la mera mera y el Centro de la familia es un paquetón. Pensemos en esto: Si somos el centro de la familia, ¿qué pasa si el centro se descompone? (Pista: Cuando el centro se descompone, nos lleva la tiznada. Y estoy siendo educada, pues hay una palabra que lo describe mejor en mi Chingonario).
Este artículo es el principio de lo que espero sea una conversación sobre cómo cuidarnos a nosotras mismas mientras que cuidamos a los demás: desde la cuna hasta la tumba.
Éstas son algunas cosas que debes considerar al verte como el centro de la familia.
- ¿Cómo te cuidas? El autocuidado es fundamental cuando estás cuidando a los demás. A ver, rápidamente, haz una lista de 5 cosas que haces para cuidarte.
- Si no llegaste a 5, haz una lista de 5 cosas que deseas hacer para cuidarte mejor. Escríbelas y pégalas en el refri o en tu espejo, en algún lado donde puedes acordarte que tu propio cuidado es importante. Recuerda: ¡la contemplación es el primer paso hacia la acción!
- Aquí les compartimos algunos consejos básicos de autocuidado:
- ¡Tus mañanitas! Piensa en un día en el que te sentirías feliz y relajada. ¿Cómo sería ese día? ¿Cómo empiezas tu día? Una amiga, Roni, que vive en Tucson, siempre empieza su día con una taza de té en cama, leyendo su lectura inspiradora favorita. Se levanta 30 minutos antes que los demás y se hace su taza de té y regresa a la cama. Escucha música tranquila, lee un párrafo o dos de su librito y medita 5 minutos. Me cuenta que ese ritual matutino es fundamental para que empiece bien su día. ¿Qué pequeños momentos puedes crear en la mañana para sentir que empiezas tu día bien? ¿Cómo sería tu Ritual Matutino?
- Tu bienestar físico. ¿Sabías que la mayoría de nosotras las latinas no somos físicamente activas? Podrías decir, “Pues si estuvieras en mis zapatos, ¡tú tampoco serías muy activa!” Y puede que tengas razón, pero piensa cómo le puedes agregar 20-30 minutos de actividad a tu día. ¿Puedes echarte una caminata de 15 minutos durante tu break del trabajo o tu hora de la comida? ¿Puedes empezar a estacionarte un poco más lejos del super para que camines un poquito más? ¿Qué pequeñas medidas puedes tomar para que puedas mover más tu cuerpo?
- Tus verduras. Come tus verduras, tus granos integrales y frutas. Tenemos una herramienta increíble en la app de De Las Mías: Nuestra Lista de Vida Sana. Si no te estás cuidando, seguramente al principio, no vas a marcar todo lo que está en la lista, pero ¿qué tal si empiezas con tus verduras? ¿Qué tal si te comes una ensalada a la hora de la comida todos los días? ¿Y si te comes una fruta o nueces de snack en vez de algo crujiente con demasiada sal y grasa? ¡Empieza a avanzar con tu lista de vida sana! ¡Vales la pena!
- Tu ritual a la hora de acostarse. ¿Qué tan bien duermes? ¡El sueño es muy importante para la roca de la familia! ¡Tiene que estar descansada y lista para empezar el nuevo día! Estos son algunos rituales de noche que puedes intentar:
- Si puedes, acuéstate a la misma hora todos los días.
- Evita estar frente a una pantalla 30 minutos antes de acostarte.
- Evita la cafeína en la noche.
- Un baño calientito antes de acostarte siempre es rico.
- No te acuestes demasiado llena ni con mucha hambre.
- Mantén tu recámara fresca y oscura.
- Si no puedes dormir, no estés dando vueltas. Párate y camina un poco o lee. Cuando te dé sueño de nuevo, regresa a la cama.
- ¿Estás preocupada por algo? Escríbelo y ponlo en tu cajita de las preocupaciones. Ahí estará en la mañana cuando estés descansada y lo puedas resolver.
- Cuida a tus viejitos. Cuidar de los viejitos no es fácil, aunque los ames con todo tu corazón. Para poder cuidarlos, tienes que cuidarte a ti. Haz de cuenta que estás en un vuelo. Ponte el oxígeno tu primero.
Encontramos un artículo en inglés buenísimo del Mayo Clinic que da muy buenas recomendaciones sobre cómo manejar el estrés como cuidador. Prueba algunas de estas sugerencias y cuéntanos cómo te va:
- Acepta ayuda. Prepara una lista de maneras en que los demás te pueden ayudar a ti, y deja que el ayudante escoja que le gustaría hacer. Por ejemplo, un amigo puede ofrecer llevar a la persona que cuidas a pasear un par de días a la semana. O una amiga o miembro de la familia puede ayudarte con algún encargo: ir al super o preparar la cena.
- Enfócate en lo que puedes proveer. Es normal sentirse culpable a veces, pero entiende que nadie es un cuidador “perfecto”. Créetela que estás haciendo lo mejor que puedes y tomando las mejores decisiones que puedes en cada momento.
- Establece objetivos realistas. Divide las tareas grandes en pasos más pequeños para poder hacerlos uno a la vez. Fija prioridades, haz listas y establece una rutina diaria. Empieza a decir que no cuando alguien te pida que hagas algo que te va agotar, como organizar fiestas de fin de año.
- Busca apoyo social. Haz un esfuerzo y mantente conectada con la familia y amigos que te puedan dar apoyo emocional sin juzgarte. Aparta tiempo cada semana para conectar con tus amistades, aunque sea una caminata con una amiga.
- *Conéctate. Busca recursos en tu comunidad sobre cuidado a mayores. Muchas comunidades tienen clases específicamente sobre la enfermedad que tiene tu ser querido. Pueden tener servicios de cuidado disponible como transporte, comidas a domicilio y limpieza.
- *Únete a un grupo de apoyo. Un grupo de apoyo puede darte validación y apoyo, al igual que estrategias de solución de problemas para enfrentar situaciones difíciles. La gente en los grupos de apoyo entiende por lo que estás pasando. Un grupo de apoyo también puede ser un buen lugar para crear buenas amistades.
*Una nota importante sobre las dos últimas recomendaciones: la investigación muestra que en el cuidado de los viejitos, las latinas y latinos usan muy poco los servicios de ayuda que existen. Estos servicios generalmente son gratuitos y bilingües. Te recomendamos que contactes a tu iglesia o asistencia social local, como las Caridades Católicas, tu AAA local, Area Agency on Aging, y/o las clínicas de tu comunidad. ¡Busca lo que está disponible! ¡No lo hagas sola Comadre!
¡No es nada fácil ser Supermujer! ¡Cuídate, Mujer!
Cuéntanos qué haces para cuidarte. Comparte tu conocimiento con las demás para que aprovechen de lo que tú has aprendido.
Fuentes:
https://www.nielsen.com/us/en/insights/reports/2013/latina-power-shift.html
http://www.pewresearch.org/fact-tank/2017/09/18/how-the-u-s-hispanic-population-is-changing/
Flores, et al. Beyond Familism: Ethics of Care of Latina Caregivers of Elderly Parents with Dementia. Health Care Women Int. 2009