El estrés, el aguante y los remedios

 

Nosotras las Latinas venimos de una tradición indo-hispánica muy rica y diversa. Primeramente incluye el meztisaje y sus choques culturales, pero también su sabiduría y su magia espiritual. Claro que hubo y sigue habiendo adversidad, pero con esta adversidad también viene el conocimiento y el poder. Cargamos con este paquete heredado de nuestras abuelas, tías y madres. Lo traemos en la sangre y en el alma. Se lo pasamos a la siguiente generación en el ADN, y a través de nuestras tradiciones, memorias, historias, cuentos y prácticas.

Es poderoso aprender más sobre los efectos negativos del estrés en nuestras vidas e informarnos sobre la ciencia del estrés crónico. Al aprender sobre como nos puede afectar la salud, también podemos recordar la sabiduría de nuestras abuelas y bisabuelas y cómo ellas  sobrevivieron y salieron adelante a pesar de lo que sufrieron. Por que, Amiga, las Latinas sabemos sufrir. 

Dos conceptos se me vienen a la mente cuando digo la palabra – sufrir... Uno es el aguante y el otro son los remedios.

Aguantar es una de esas palabras que tiene mucho más sentido en español que en inglés. En inglés significa “tolerar”, “soportar”. Pero por generaciones, las latinas hemos estado condicionadas no solo a tolerar, pero a sufrur en silencio. La tolerancia al estilo “Calladita me veo más bonita”. Aguantar va de la mano con el silencio, y con el sacrificarse por los demás. Tú lo has visto en tus tías y abuelas, en tu mamá, esa dignidad estoica que surge del sufrimiento.

Me encantó asistir a la Conferencia #WeAllGrow Latina el año pasado y ver manadas de latinas jóvenes pasar con los letreros que anunciaban “Calladitas No More!” Algunas incluso tomándose selfies con el manifesto: “¡No más Calladitas!”

Las latinas estamos aprendiendo, creciendo y recuperando nuestra salud, nuestro poder y nuestra alegría. Como siempre — y como buenas latinas — hacemos esto, no solo para nosotras, sino también para nuestras familias. Ésta es una muy buena tradición latina que prometemos heredarle a las siguientes generaciones.

Así que el aguante, ese tan típico, de la latina tradicional ya va cambiando poco a poco, y eso me parece bien.  Tiene uno que saber aguantar, pero también tener un HASTA AQUI. (Esto lo dejamos para otra charla.) Pero el otro concepto que se me viene a la mente al explorar este lazo multi-generacional del aguante, es la tradición de los remedios.

Una tradicion tan poderosa como el aguante es la magia y el poder de nuestros remedios tradicionales.

Los remedios traen consigo la magia de la curación, de los milagros, de la fe y la esperanza. Todas traemos esos remedios en nuestro costal.  A recordarlos ahora mismo y a ponerlos en practica. Emprendí una búsqueda de remedios entre las mias, y aquí les comparto algunos de los que encontré en nuestra cajita de herramientas:

1. El Santuario. 

Generalmente asociamos la palabra santuario con una iglesia, como el Santuario de Chimayó en el bello norte de Nuevo México, pero también puedes hacer tu propio pequeño santuario en tu casa o en tu jardín. Aduéñate de un rinconcito en algún lugar de tu casa o jardín. Cuando hagas este lugar especial sagrado, puedes utilizarlo como un altar intencional para ayudarte a manejar el estrés. Tu recámara puede funcionar bien como santuario porque generalmente es el lugar más privado de una casa.

  •      Empieza por nombrarlo como un lugar especial al que puedes ir para tener un momento de tranquilidad. (¿A poco tu abuelita no tenía un altarcito en un rincón?)
  •      Coloca algunos objetos que tengan algún significado para ti. Una foto de tu papa si te inspira fortaleza o una de tu mamá si ésta te inspira fe.
  •      Pon una foto o un bultito de tu santito favorito, o de la Virgencita de Guadalupe, un rosario, o lo que sea que tenga un valor sagrado o un recuerdo positivo.
  •      Escoge una vela que sólo vas a prender cuando estés en el cuarto y colócala en una base segura, que no se queme (¡ya van dos veces que casi quemo la casa!)
  •      Pon unas flores. Un recipiente con agua bendita o un recipiente con agua que hayas bendecido tú.
  •      Pasa un rato en tu santuario todos los días o reconócelo cada vez que pases por dónde está.

Usa este lugar sagrado para liberarte de tu estrés, preocupación o miedo. Practica este remedio y verás que poco a poco irás encontrando un refugio mágico en este rinconcito.

2. Santuario de Visualización Creativa

Otra práctica de santuario que es muy linda y me ha dado mucho consuelo en tiempos difíciles es hacer un ejercicio de relajación profunda y agregarle una visualización creativa. Imagina un lugar especial dentro de tu mente al que puedes ir a sentirte tranquila y en paz. ¿Se te viene a la mente un jardín hermoso? ¿O un lugar especial para ir a ver el atardecer? Tal vez diste un paseo largo por la playa un día y te sentiste relajada y en paz. Tómate unos minutos y crea ese santuario especial en tu mente. Siente paz y refugio ahí y regresa cuando quieras.

3. Un Tecito.   

Las latinas tenemos una larga tradición de tomar tecitos. El té de manzanilla es el más común. ¡Hasta se lo damos a los bebés cuando tienen cólico, o para que se relajen! Tómate un descanso, hazte un tecito, siéntate y tómatelo. Mientras te lo tomas, trata de relajarte y “letigo”.

El té de tila es famoso por ser un té relajante, pero no lo tomes si estás embarazada o tienes algún problema del corazón. Si tienes cualquier condición crónica, siempre es bueno preguntarle a tu doctor si puedes tomar té de tila.

Otro de los favoritos es el té de azar. El té de azar era un clásico que se les daba a las jovencitas cuando se ponían nerviosas antes del gran baile. La vida es un gran baile comadres, así es que hay que fortalecerse.

Cualquier té de hierbas funciona. Hay muy buenos tés en los EE. UU. como el Sleepy Time, que funciona muy bien.

4. La Limpia. 

La limpia tiene diferentes significados para diferentes personas. La mayoría estaría de acuerdo con que una limpia es una depuración. Sería bueno que le preguntaras a tus abuelas o madrinas qué usan ellas para hacer una limpia, o si han hecho alguna en su vida. No todas las latinas practican esta tradición, pero la limpia básica que yo hago es simplemente comprar una buena salvia y quemarla un poco en un recipiente de metal o de cerámica. Es bueno ofrendarla a los cuatro vientos; ponte de cara a cada dirección y deja que el humo pase por arriba de tu cabeza. Después de difuminarla, puedes poner unas cuantas gotas de limón en un vaso con agua y rociar el ambiente con un atomizador. Este es un ritual muy sencillo que te puede relajar después de una discusión o después de que se vaya de tu casa una visita desagradable, o si sientes tensión o nervios a entrar a tu casa y quieres “limpiar el aire”. La cualidad que quieres tratar de lograr es intencionalmente dejar ir la tensión, el estrés y las malas vibras.

5. La veladora.    

Amamos las veladoras, pero tenemos que tener cuidado. ¿Les conté que casi quemo la casa en dos ocasiones? ¡Así es que sobre aviso no hay engaño, comadres! Venden unas veladoras muy lindas. “Te prendo una veladora” siempre significa que prenderás una vela para que se te cumpla un deseo. Así es que utiliza tus veladoras sabiamente. Yo ahora prendo la mía en la chimenea para que no haya falla y el único fuego que arda sea el de mi corazón. Nos encantan las veladoras clásicas de la Virgen de Guadalupe.

6. El Bubble Bath  

Soy latina y ahora abuela, así que les puedo decir que ésta vino de una viejita. ¡Me encanta tomarme un buen bubble bath! ¡Tómense un tiempito para ustedes, comadres! Cómprense unas ricas burbujas, pongan música relajante, un letrero de no molestar en la puerta del baño y ¡relájense! Este remedio es buenísimo para los dolores de espalda o si tiene los pies adoloridos de estar paradas todo el día en el trabajo.

¿Cuáles son algunos de los remedios que han probado y les han funcionado? ¡A compartir!

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